La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se organizó en Nueva York, el 6 de abril de 1830. Cerca de 60 personas presenciaron cómo 6 hombres cumplían con los requisitos para establecer la iglesia de Jesucristo.
“Como resultado de esos acontecimientos de revelación, José Smith ya había publicado el Libro de Mormón, que es una historia de la comunicación de Dios con los antiguos habitantes de las Américas. Más aun, el Señor había mandado a este joven, que entonces tenía sólo veinticuatro años, que reinstituyera la Iglesia que existía en los tiempos del Nuevo Testamento y que, en su pureza restaurada, debía designarse de nuevo con el nombre de su piedra angular y cabeza eterna, el Señor Jesucristo mismo.